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Ecumenismo e identidad en la Orden de San Lázaro de Jerusalén

De todos los aspectos que caracterizan a la Orden Militar y Hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén la más identitaria es su ecumenismo dado que, de todas las Ordenes militares y hospitalarias del mundo, es la única que tiene a gala ser ecuménica.

El Ecumenismo lleva siglos centrando el debate interreligioso ya que busca la restauración de la unidad de los cristianos, es decir, la suma de las distintas confesiones religiosas cristianas «históricas», como son la luterana, la ortodoxa, la anglicana y la romana; separadas desde los grandes cismas.

Origen del ecumenismo

Etimológicamente «ecumenismo» proviene del latín, «œcumenicus» y del griego, «οικουμενικός» (oikoumenikós) y éste a su vez de «οἰκουμένη» (oikoumenē), y significa “lugar o tierra poblada como un todo”.

El significado de «oikoumenē» comenzó a tornarse positivo cuando Constantino I el Grande,  convocó el primer Concilio ecuménico de cristianos en Nicea, en el año 325, con la participación de obispos de todo el «oikoumenē». Así se creó un vínculo entre el concepto de universalidad de la Iglesia, sin exclusiones y el término ecuménico.

El diálogo ecuménico supone un verdadero ejercicio de la fraternidad cristiana ya que las divisiones son, a todas luces,  contrarias a la voluntad de Cristo, de ahí que haya múltiples llamadas al ecumenismo de los cristianos separados.

El Consejo Mundial de Iglesias, que representa al conjunto de Iglesias de la Comunión Anglicana, Protestantes y Ortodoxas, goza de un alto prestigio moral. La Iglesia católica no es miembro del Consejo, pero ha participado de algunas comisiones, como la de Fe y Constitución. No se excluye que en el futuro se integre en el Consejo como miembro de pleno derecho[1].

Son las tendencias a identificar la universalidad con uniformidad y a igualar continuidad con inmutabilidad, las que han impedido, hasta ahora, una comprensión más holística de la fe cristiana[2].

Si quieres conocer a una persona, no le preguntes lo que piensa sino lo que ama

San Agustín ha prestado una gran atención al tema de la reconciliación y ha sido de los que mejor supo explicar la realidad de la Iglesia: «mundus reconciliatusEcclesia», el mundo reconciliado con Dios es la Iglesia[3]. Para San Agustín hay hombres buenos que hacen posible un mundo bueno, pues son reflejo del amor de Dios y de Jesucristo.

El amor aparece como criterio de identidad, porque, según el Doctor de Hipona, uno es lo que ama. Amando al mundo, el hombre se hace mundo. A través de la solidaridad se crea la identidad hospitalaria.

En concreto, la Orden de San Lázaro siempre ha protegido a los enfermos de la lepra, representación de los excluidos sociales, es así como viene practicándose un ecumenismo utilitario y pragmático, un proceso de humanización del mundo.

La carta constitucional de la Orden de San Lázaro habla del espíritu que se inspira en una marcha ecuménica según la cual la unidad de acción conduce a la unidad plena de la fe. Esta colaboración permite descubrir una confraternidad recuperada y pone en obra la nueva ley del amor.

El ecumenismo transita caminos de unidad

Seguimos viviendo en un mundo fragmentado. El cristianismo puede ofrecer un camino de unidad en la diversidad ante los desafíos de la globalización[4]. Es precisamente la aldea global, desigual y asimétrica, en la que estamos inmersos, la que nos devuelve al tiempo de Las Cruzadas, ya que nos encontramos ante una mundialización económica que ha vencido fronteras, culturas, confesiones religiosas, lenguas y razas, y que solamente distingue entre ricos y pobres[5].

La complejidad de la historia nos lleva también a la conjunción de ecumenismo y geoestrategia, herencia también de Las Cruzadas. La alianza contra los sarracenos y el Islam, en las postrimerías de los reinos cruzados, soñó con una unión imposible de todos los cristianos para hacer frente al peligro musulmán[6].  

La Orden Militar y Hospitalaria de San Lázaro de Jerusalén está bendecida por el Patriarca Melquita. El ecumenismo, como parte de la identidad que nos es propia, nos invita a la solidaridad y a luchar contra lo que suponga el estigma de los excluidos sociales.


[1] Ayestaran Etxebarria, S. (2016)  “Diálogo entre religiones: Un análisis en clave de ecumenismo” Encuentros multidisciplinares,  Vol. 18, Nº 54.

[2] Arenas Pérez, S.(2015)  «Revisitando la catolicidad: desafíos a la unidad de la Iglesia en un mundo «fragmentado»». Franciscanum Nº  163, Vol. 57, pp. 303-324

[3] Sánchez Rojas, G. (2004) Algunas consideraciones sobre la Iglesia y reconciliación en San Agustín de Hipona

[4]  Arenas Pérez, S.(2015)  «Revisitando la catolicidad: desafíos a la unidad de la Iglesia en un mundo «fragmentado»». Franciscanum Nº  163, Vol. 57, pp. 303-324

[5] Ruiz Poveda, L. (2001)  “El ecumenismo y los ecumenismos en España”. Anales de Historia Contemporánea.

[6] Gil Fernández, J. (2008) “Ecumenismo y geoestrategia: de fray Guillermo Adán a san Francisco Javier”. Collectanea christiana orientalia , pp. 125-146

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